Esta foto-postal de portada puede ser muy inglesa, subtítulo “Lloret de Mar, Summer 2014”. Leo que Lloret es el tercer destino turístico de Cataluña que más recauda y que la Costa Brava es el lugar elejido por muchos escritores angloparlantes.
Para empezar, no sé si es la mejor manera de decir que he estado allí. Pero mira por donde que he tenido que vivir en Londres para visitar por primera vez la Costa Brava. Yo soy de tierra adentro, Castilla La Mancha, y eso marca. Durante muchos años, huyendo del calor soporífero de 36º-40º, acostumbraba a ir a refrescarme al norte. Destinos como Gijón o el mismo Londres eran mis preferidos. Ahora, el viaje es al contrario, y siempre con return ticket to London.
Mis no-vacaciones como nanny han sido entre Madrid, el tour de Placebo con el niño y mi pueblo en Toledo.
Cuando vuelvo a Madrid en mis dos días libres procuro celebrar mi vuelta quedando con mis amigos. Ahora en verano casi todo el mundo ha volado, pero todavía a finales de julio quedan mis mejores amigas. Charletas, novedades y muchos besos. Por la noche, vinito para celebrarlo y un poquito de jamón y mejillones. ¡qué corto se me hace el encuentro!
El piso lo he podido volver a alquilar de nuevo. Aproveché antes para liquidar con los inquilinos, que después de un año, se marchaban a Galicia porque no encuentran trabajo.
Con la visita a lo que era la casa familiar en mi pueblo, esta vez me he asustado. Es como si un poco de mi se hubiera muerto. Me encuentro mis cosas repartidas por todos sitios. Ah! mira qué bien, han usado mis sillones de la terraza para este saloncito. Ah! Y aquí están los platos de cerámica y los jarrones. Mis objetos se han repartido como se hace con las cosas de los que pasan a a otra vida.
Veo a las vecinas de mi infancia en la plaza, a conocidos en el paseo por el campo y tengo sentimientos encontrados. Extrañeza y, a la vez, algo famliar que permance, como si fuese una constante que da seguridad, pero no da alegría. Me hago mayor. Lo sé porque lo veo reflejado en sus caras y yo también en las suyas. Por lo demás, todo sigue igual. La única novedad es que la nueva vecina está embarzada y pronto dará a luz.
Me siento al fresco del patio en la oscuridad con mis hermanos, sin niños por ahí. No tengo mucho que decir. Sé que cualquier queja se convertirá en un “vente para acá”, “puedes trabajar”, “todavía estás en la lista de interinos”. Me entra un sentimiento profundo de soledad y congoja porque no puedo hablar de que me vaya especialmente bien, sino de lo mucho que estoy trabajando, como la mayoría de los que emigramos. Pero no quiero volver a España.
– ¿Sabes algo de tu marido?, me pregunta mi cuñado.
Y esto también me hace ver que tengo un pasado sin resolver.
– Sí, sé que ha vuelto a Londres. Dio señales de vida un poco antes de venirme.
Se cortó la conversación. Hablamos de la lluvia de estrellas que habría el día siguiente. Y nos fuimos a dormir.
De vuelta
Ya de vuelta al City Airport noto el fresquito saludable de Londres que me da la bienvenida. Me espera un nuevo curso, aunque todavía estoy esperando el poder tener una semana de vacaciones a finales de agosto.
Al día siguiente llamo a Max.
– I’ve just came back from Spain
– I’ve been missing you, me dice
Max no tenía saldo. Lo sospecho porque me hubiese devuelto la llamada, como suele hacer. Le conté lo que ha sido mi estancia en Madrid. Max es un tío de los que escucha y me hace las preguntas con seguimiento. ¿Qué tal tu piso de Madrid, lo pudiste alquilar?. Me refiero a eso. Para a continuación intentar quedar para vernos.
– I still have the itching
– Uff! Fortunately, I don’t have it anymore. Le digo
– I’m fasting because I can’t sleep at night. This itching is so annoying
– Max, today is my day off. Can we meet up today?
– I’d preffer to see you some other time. I don’t feel confortable
– Ok. some other time
– I love you!
– Bye, bye
He oído bien ¿qué?. Es la primera vez que me dice I love you. Y no he sabido cómo despedirme, si con un me too o qué. No me ha gustado que no quiera quedar conmigo. Creo que tiene algún problema económico. Pero, además ¿cómo se puede estar tan neurótico como para cada vez que le pasa algo se maltrate haciendo ayuno?. Los bichitos en verano hacen picaduras. Eso es todo. Sé que Max es buena gente, pero no me gusta quedar a tomar agua caliente en los bares. Eso ha sido alguna de nuestras “diferencias” en otras ocasiones. Así es que mejor, no quedar.
De nuevo al trabajo y a lo que se ha convertido en mi rutina diaria. Me gusta volver al apartamento. Todo está en orden. Estoy cansada a pesar del break. Pienso en la última semana de Agosto que tengo vacaciones de niño. ¿qué hago?. Me quedaré en Londres. Tengo varias citas médicas, y aprovecharé para hacer las últimas reformas del blog. Pero ¿qué tal si me voy a ver a mi amiga en Coventry?. No he salido de Londres en todo un año salvo para ir a España. Hablaré con ella. Eso puedo ser un plan. ¿Verdad?
Life is too short!