Los tres caminos de éxito de Penelope (I)

 

The three careers paths of Penelope (I)

Penelope, una de mis coach favoritas por internet, dice que hay tres caminos para tener una carrera de éxito. Porque hay tres motivadores clave y que uno de ellos seguro que es el tuyo. Así de claro y con tres palabras, que a su vez le dijo por primera vez su coach: ganar, los amigos, y la artesanía (winning, friends, craft).

Llevo varios días con ésto para descubrir cuál es el que se ajusta a mi. Me trae un poco de cabeza. No hay profesiones en este caso, sino caminos. Y además, cuando me pongo a escribir, me salen tantan palabras en cada uno que tendré que hacer varias entradas.

El darme cuenta de que el camino elegido antes de mi vida al lado del Támesis no se ajusta. O el que ahora ni siquiera pueda reconocer cuál es, o que pueda (o no) hacer un alto e ir por otro… No parece sencillo para saber qué hacer en Londres.

Vuelvo a Penelope y a los caminos:

 

1. El camino para gobernar el mundo

No hay referencia a los políticos, ni al poder de las empresas de calificación de las primas de riesgo como S&P, Moody´s y Fitch (en la foto). Penelope se refiere a los directores ejecutivos (CEOs) de empresas, entre los que se encuentra ella misma, y las compañias del Fotune-500, entre otras. Todo un mérito el alcanzar estos puestos.

He tenido el lapsus de confundir a estos altos ejecutivos del Fortune con los 500 millonarios de Forbes. Leí hace unos días que un Príncipe saudí había demandado a esta revista por subestimar su fortuna. Y, como si de un examen de oposición a notarías se tratase, reclamó su posición.

Pero el mérito no se refire a cualquiera que monta una empresa o al que está forrado de millones. Este camino ganador o de poder es el de los que son capaces de hacer un cambio en el mundo, aunque sea pequeño. Y desde luego muchos no lo son. Los coaching de la HBR (Harvard Business Review) saben muy bien distinguir entre el dinero de un millonario y la valía de un ejecutivo. Dice Justin Menkes, escritor de esta revista, que para llegar a ser un buen ejecutivo hay que perder narcisismo. Y será esto lo que le toque perder a más de un príncipe.

La localización

Pero esto de la localización es importante en el coching y en la vida. A pesar de que me quiero hacer extranjera, admito que tengo inmersa la desconfianza cultural española en relación a los políticos y los negociantes. Pongo en duda sus méritos.

Admito también que siempre me ha apasionado la política, supongo que como a D. Quijote los molinos de viento. Pero sorry, el camino para gobernar el mundo me ha sonado al poder de Groucho Marx moviendo la bola. Y me da un poco de miedo en algún caso, por no decir ganas de insultar en otros casos.

Leo, sin embargo, que lo mío no es una cuestión cultural (esto me alivia), sino del entorno legal y social que crean las instituciones.

“la gente rechaza el capitalismo porque cree que funciona a base de chanchullos”

Esto es lo que dice Luis Garicano,un español venido a Londres a la prestigiosa London Schools of Economics, cuando habla de cómo funciona la economía española.

Así es que volviéndome un poco extranjera y confiada en lo que debería ser, este camino lo dejo como el de los gobernantes y los empresarios. Sólo espero que este camino sea para hacernos la vida mejor.

Y para continuar mi periodo de adaptacíón, puedo seguir viendo a Frank Underwood, el protagonista de la galardonada serie House of Cards. Vamos a distinguir lo que Frank decía en off en el segundo capítulo sobre el poder y el dinero.

 

Such a waste of time, he chose money over power. In this town, a mistake nearly everyone makes. Money is the McMansion in Sarasota that starts falling apart after ten years. Power is the old stone building that stands for centuries. I can not respect someone that doesn’t see the difference.

 

¡Qué pérdida de tiempo! eligió el dinero sobre el poder. En esta ciudad, es un error que comete casi todo el mundo. El dinero es la mansión más lujosa en Sarasota que comienza a desmoronarse después de diez años. El poder es el antiguo edificio de piedra que se encuentra desde hace siglos. No puedo respetar a alguien que no ve la diferencia.

¡Seré respetable!