The Charity Therapy
The Charity Therapy
Las condiciones climáticas en Reino Unido no siempre te lo ponen fácil. Más si estás acostumbrado a un clima de temperaturas medias, con unas precipitaciones medias, a no ser que vivas en Galicia, el clima en UK es un factor que requiere de tiempo para acostumbrarse. Una de las peores cosas que se pueden llevar, son los cielos de color blanco grisáceo que se ven la mayor parte de los días. El clima afecta a la salud y al estado de ánimo en las personas, las bajas temperaturas y la ausencia de luz afloran sentimientos de soledad, tristeza y nostalgia por norma general. El fenómeno conocido como SAD (Seasonal Affective Disorder) que además significa tristeza en inglés, en Inglaterra va más allá de un trastorno afectivo estacional. Un mal día bajo un cielo gris y lluvioso puede llegar a ser un día horrible.
Afortunadamente en Reino Unido existe una alternativa que, a pesar del clima, siempre o casi siempre te alegrará el día; Las Charity Shops. Las charity shops tienen su origen en el siglo XIX cuando el Ejército de Salvación (The Salvation Army) puso en marcha la iniciativa de recaudar ropa de segunda mano para la gente pobre, entre otras acciones caritativas. Tras estallar la II Guerra Mundial, otras organizaciones como la Cruz Roja Británica (The Red British Cross), se sumaron al proyecto con el fin de ayudar a las personas con necesidades. Las charity shops son tiendas de segunda mano donde además de ropa, puedes encontrar todo tipo de artículos que han sido donados por personas que desean simplemente desprenderse de aquello que no usan o quieren. Las organizaciones que respaldan estas “tiendas de caridad” tienen el respaldo gubernamental y existen por una causa social. Además de poder realizar donaciones puedes colaborar con ellos como voluntario y, lo mejor, puedes realizar tus compras allí.
Te propongo pues, una de las mejores cosas que se puede hacer en Reino Unido en esos nefastos días en los que el cielo se te cae encima: The Charity Therapy. No necesariamente necesitas estar SAD para comprar en ellas, pero hacerlo en esos días te puede aportar una sensación especial, porque comprar en una charity shop resta un cuarenta por ciento de consumismo al acto, te distrae del mal día y rara vez sales de ahí con las manos vacías. Recuerdo que en una vez en la que no podía pasar un día más sin que viera algo de cielo, me compré un vestido de novia por 30 libras. Me quedaba como un guante, por cierto, no es que tuviera intención de casarme ni nada de eso, me lo compré y salí de la tienda con una sonrisa de oreja a oreja, tenía un vestido de novia que además fue una ganga. Entré triste como el día a la tienda y salí pegando botes de contenta con los planes para ese vestido blanco. La primera motivación fue encontrarme un vestido de novia por ese precio, he de reconocerlo, y la segunda motivación fue la de disfrazarme, hacer trastadas y gastar bromas, porque la tristeza tiene un efectivo antídoto y es el humor. Además en esto te puedes hacer con diversas rutas, hay charities con más muebles y menaje, otras con más música y libros, por supuesto las que están ubicadas en mejores barrios tienen mejores artículos, pero por norma general está todo en muy buen estado, simplemente esta usado.
La Charity Tehrapy es más completa y efectiva si vas en compañía, pues ya se sabe que cuatro ojos ven más que dos y en estas tiendas puedes encontrar verdaderas reliquias. Si no fuera por el ojo avizor de mi amiga Bea, en una de “esas sesiones de terapia” hubiera perdido la oportunidad de conseguir un tocadiscos portátil de maleta Philips de los años 70, en perfecto estado por 25 libras ¿no está mal, eh? Estar “mantuda” por el clima y salir con una nueva licuadora debajo del brazo, no tiene precio, además fue casi literal, cinco libras esa vez.
Lugares donde puedes encontrar todas las partituras de King Crimson hasta el momento por siete libras, grandes obras literarias a libra por libro, herramientas, todo tipo de ropa usada y seminueva… en definitiva cosas, si, que necesitas o no, pero que te alegran el momento además de servirte de utilidad en un futuro. Como decía antes, el acto consumista se ve reducido en tanto en cuanto sabes que, probablemente la próxima vez que te mudes, vas a donar todo aquello que no te sirva o simplemente de lo que te quieres deshacer. No es el típico “voy de compras”, es un quit pro quo que estableces contigo y con el sistema, un principio de sostenibilidad que también envuelve a estas tiendas o proyectos solidarios, contribuyendo a lo que se conoce como el slow fashion. Seguro que echas un buen rato que te ayude a desconectar, estarás contribuyendo con un proyecto solidario y seguro que sales de ahí con una buena compra. Recuerda practica la Charity Therapy en tus peores días, no te arrepentirás.