La primavera y cosas de mujeres

La primavera y cosas de mujeres

 

The spring & Women’s issues

Me ha vuelto a pasar. He desaparecido de las listas. No la de la lista de profes interinos, sino de las listas del censo electoral.

El certificado de que estoy inscrita en Londres llegó hace un mes. Si no hubiese sido porque quería votar para las elecciones de Mayo, no me hubiese dado quizá tanta prisa. Pero, a pesar del certificado, no estoy en el censo para votar.

Hay muchos emigrantes que hemos venido a Londres a aprender inglés o a buscarnos la vida.

    – Sois muchos. Me comentó un funcionario cuando se podía ir sin cita.

Al parecer somos alrededor de 73000 inscritos (dato del 2012). Si suponemos que no para de llegar gente y que a la mitad de los que estamos les importa un bledo esto de estar o no incritos, y lo de votar o no, podemos llegar a 90000 haciendo peticiones. Es decir, un incordio para el sistema o para el funcionario que quiere hacer su trabajo y los ciudadanos no le dejamos.

¡Ay! ¡Cómo se parece esto a España!.

 

El fantasma me persigue

Mi fantasma me persigue. Este se encarga de hacerme desaparecer de la listas, de las agendas, de la mirada del otro y del propio sistema que me devora. Y es que el fantasma te persigue a donde vayas. No hay manera de deshacerse de él o eliminarlo de una vez por todas. ¿Será necesario para recordarme que soy humana?

Intento entonces, que una vez reconocido, no me deje sin palabras. ¡Ah! ¡Eres tu… el fantasma!. Me toca lidiar con él.

    – Oye tú…eh.., no me asustes.Sigo aquí

Muchas veces he pensado en el fantasma de persecución de los paranoicos. Y pienso, hermano… te compadezco. Sé que es real, como para Don Quijote los gigantes, aunque Sancho se encargaba de recordarle que no eran sino molinos de viento.

El premio Nobel de literatura de 2009, el turco Orhan Pamuk, dice que el arte de la novela se basa ante todo en la compasión humana, que te identifica con el dolor del otro. Sí, esto no es pena o lástima. Eso es otra cosa. Con la pena de la Iglesia y de la caridad, que lava las culpas, te pones en otro nivel. Pero la compasión es el “yo he pasado por ahí” “soy algo de eso”, y te acompaño, al igual que lo hago con esa a la que le persigue el fantasma que a veces le hace desaparecer.

 

La depre y la primavera

Muchos fantasmas sin identificar se maniiestan en primavera.

Dice una amiga de Deimon que se vuelve a España. Que está muy sola y que no aguanta más. Es la única que trabaja de lo suyo, pero se encuentra sola.

La depresión es la crisis donde se despiertan todos los fantasmas. Y es en primavera donde vienen muchos de ellos. Cuando ves uno, luego ves muchos… a mi me pasa. Ultimamente me encuentro haciendo fotos de edificios que me fascinan. Londres es una ciudad inmensa llena de grúas, y veo grúas por todas partes. Estos grandes gigantes se me hacen los fantasmas de la burbuja del ladrillo. Y de veras, eso también me asusta porque me recuerda a España.

Me encantaría que esta amiga de Deimon, que sabe de química y toma pastillas para la depresión, leyese el artículo de Penelope Trunk. Y si la depresión te la quieres tomar como algo natural verás que ella habla de época de transición y el alto precio que se paga por esconderse. Pues hay que pasar por la primavera, era en la que se aparean y se renuevan muchos especies, porque estamos vivos.

La democracia también está en crisis en toda Europa. Necesitamos otra transición para ponernos al día e inventar otra cosa nueva para renovar la democracia, que es la dictadura de politicos que no-nos-representan. Sí, y quizá tengamos que repensar las asambleas o la elección de los politicos por sorteo, tal y como propone Javier Cercas en su reflexión sobre la propuesta de Van Reybrouck.

Estás enfrente de lo que has elegido. Pero ha pasado tanto tiempo, y ha cambiado tanto, que lo que anhelabas y buscabas no lo reconoces, como en la canción de la otra Penélope (la de de Serrat).

 

¿Y ahora qué?

Oígo que hablan español como si estuvieran en su casa. Ella en una mesa está estudiando y hace los deberes de inglés. El limpia los cristales de las ciento y una lámparas que iluminan el Food hall del Barbican. Al cabo de un rato se miran, se acercan, y se despiden con un beso: Nos vemos en casa.

Y sigo pensando en lo necesario de la transición: tus cosas, las palabras, la espera, el beso de despedida, que va antes que el encuentro en casa.

Para nadar hay que mojarse, como lo hacen los gansos de la foto en el Regent’s Canal en estos días de primavera. Y para saber porqué una se siente sola hay que preguntarse ¿y esto es así para toda la vida? Y a continuación ir al psicoanalista. Eso mismo fue lo que me llevó a mi. También lo que movió a Elena Rincón, la protagonista de “La soledad era eso”. Ella buscó un detective que la siguiera, que se convirtió en testigo activo de su transición ( Aquí he encontrado una buena interpretación).

¡así… detectives, testigos, Sanchos juiciosos..!. He dado tantas vueltas a esta entrada y he hecho tantos recortes, que me da para la siguiente primavera.

… ¡mujeres!

 

Los tres caminos de éxito de Penelope (I)

 

The three careers paths of Penelope (I)

Penelope, una de mis coach favoritas por internet, dice que hay tres caminos para tener una carrera de éxito. Porque hay tres motivadores clave y que uno de ellos seguro que es el tuyo. Así de claro y con tres palabras, que a su vez le dijo por primera vez su coach: ganar, los amigos, y la artesanía (winning, friends, craft).

Llevo varios días con ésto para descubrir cuál es el que se ajusta a mi. Me trae un poco de cabeza. No hay profesiones en este caso, sino caminos. Y además, cuando me pongo a escribir, me salen tantan palabras en cada uno que tendré que hacer varias entradas.

El darme cuenta de que el camino elegido antes de mi vida al lado del Támesis no se ajusta. O el que ahora ni siquiera pueda reconocer cuál es, o que pueda (o no) hacer un alto e ir por otro… No parece sencillo para saber qué hacer en Londres.

Vuelvo a Penelope y a los caminos:

 

1. El camino para gobernar el mundo

No hay referencia a los políticos, ni al poder de las empresas de calificación de las primas de riesgo como S&P, Moody´s y Fitch (en la foto). Penelope se refiere a los directores ejecutivos (CEOs) de empresas, entre los que se encuentra ella misma, y las compañias del Fotune-500, entre otras. Todo un mérito el alcanzar estos puestos.

He tenido el lapsus de confundir a estos altos ejecutivos del Fortune con los 500 millonarios de Forbes. Leí hace unos días que un Príncipe saudí había demandado a esta revista por subestimar su fortuna. Y, como si de un examen de oposición a notarías se tratase, reclamó su posición.

Pero el mérito no se refire a cualquiera que monta una empresa o al que está forrado de millones. Este camino ganador o de poder es el de los que son capaces de hacer un cambio en el mundo, aunque sea pequeño. Y desde luego muchos no lo son. Los coaching de la HBR (Harvard Business Review) saben muy bien distinguir entre el dinero de un millonario y la valía de un ejecutivo. Dice Justin Menkes, escritor de esta revista, que para llegar a ser un buen ejecutivo hay que perder narcisismo. Y será esto lo que le toque perder a más de un príncipe.

La localización

Pero esto de la localización es importante en el coching y en la vida. A pesar de que me quiero hacer extranjera, admito que tengo inmersa la desconfianza cultural española en relación a los políticos y los negociantes. Pongo en duda sus méritos.

Admito también que siempre me ha apasionado la política, supongo que como a D. Quijote los molinos de viento. Pero sorry, el camino para gobernar el mundo me ha sonado al poder de Groucho Marx moviendo la bola. Y me da un poco de miedo en algún caso, por no decir ganas de insultar en otros casos.

Leo, sin embargo, que lo mío no es una cuestión cultural (esto me alivia), sino del entorno legal y social que crean las instituciones.

“la gente rechaza el capitalismo porque cree que funciona a base de chanchullos”

Esto es lo que dice Luis Garicano,un español venido a Londres a la prestigiosa London Schools of Economics, cuando habla de cómo funciona la economía española.

Así es que volviéndome un poco extranjera y confiada en lo que debería ser, este camino lo dejo como el de los gobernantes y los empresarios. Sólo espero que este camino sea para hacernos la vida mejor.

Y para continuar mi periodo de adaptacíón, puedo seguir viendo a Frank Underwood, el protagonista de la galardonada serie House of Cards. Vamos a distinguir lo que Frank decía en off en el segundo capítulo sobre el poder y el dinero.

 

Such a waste of time, he chose money over power. In this town, a mistake nearly everyone makes. Money is the McMansion in Sarasota that starts falling apart after ten years. Power is the old stone building that stands for centuries. I can not respect someone that doesn’t see the difference.

 

¡Qué pérdida de tiempo! eligió el dinero sobre el poder. En esta ciudad, es un error que comete casi todo el mundo. El dinero es la mansión más lujosa en Sarasota que comienza a desmoronarse después de diez años. El poder es el antiguo edificio de piedra que se encuentra desde hace siglos. No puedo respetar a alguien que no ve la diferencia.

¡Seré respetable!